La creciente preocupación por el cambio climático está impulsando el interés en el desarrollo de vehículos eléctricos. A medida que los efectos del cambio climático se hacen más evidentes, los consumidores están buscando alternativas de transporte más sostenibles.
Uno de los principales factores que favorecen la adquisición de vehículos eléctricos es el avance en la tecnología de baterías. Estos progresos están haciendo que los vehículos eléctricos sean más competitivos en el mercado. En 2024, se prevé que el costo de un vehículo eléctrico se iguale al de los automóviles con motores de combustión interna. Un vehículo eléctrico funciona con electricidad en lugar de combustibles fósiles, utilizando componentes como el motor eléctrico, el puerto de carga, la batería, los transformadores y los controladores para regular la energía del motor. La batería es esencial para la sostenibilidad de estos vehículos, y su uso ayuda a reducir la huella de carbono a medio y largo plazo.
Desafíos de la batería
Un mito común sobre las baterías de vehículos eléctricos es su costo. Aunque la electricidad suele ser más económica por kilómetro recorrido en comparación con los combustibles fósiles, la duración de la batería sigue siendo una preocupación para muchos compradores potenciales. Sin embargo, muchos fabricantes ofrecen garantías que pueden llegar hasta ocho años o 160.000 kilómetros, y las baterías suelen mantener una autonomía similar a la original incluso después de años de uso. La tecnología de baterías ha avanzado significativamente en términos de autonomía, costo y peso, aunque la velocidad de carga sigue siendo un desafío. Las cargas ultra rápidas requieren voltajes y amperajes que no están disponibles en la mayoría de los hogares, lo que resalta la necesidad de más puntos de carga accesibles en áreas urbanas.
El futuro de los vehículos eléctricos
El Parlamento Europeo ha fijado el año 2035, como el elegido para que todos los automóviles nuevos sean eléctricos. Esta medida busca combatir el cambio climático, principalmente causado por las emisiones de los motores de combustión interna. Esta decisión acelerará la electrificación del parque automovilístico europeo y obligará a los fabricantes a adaptarse rápidamente a la nueva normativa para seguir siendo competitivos.
La industria automotriz, tradicionalmente dominada por motores de combustión, debe reinventarse para liderar en la tecnología eléctrica. La competencia global, especialmente de países como China, está presionando a la industria europea para que acelere su transición y cumpla con los objetivos económicos y ambientales.
Eficiencia energética y reducción de emisiones
Los vehículos eléctricos no solo son más limpios, sino también más eficientes en términos de consumo de energía. Mientras que los vehículos de combustión interna convierten solo alrededor del 20% de la energía del combustible en movimiento, los vehículos eléctricos pueden convertir hasta el 60-70% de la energía de la batería en movimiento, lo que los hace más eficientes y económicos. Además, al depender de la electricidad en lugar de combustibles fósiles, los vehículos eléctricos emiten significativamente menos CO2 y otros gases de efecto invernadero, contribuyendo a una economía baja en carbono y ayudando a mitigar el cambio climático.
Infraestructura de carga
La infraestructura para apoyar la adopción masiva de vehículos eléctricos está avanzando rápidamente. Cada vez más ciudades y países están invirtiendo en redes de carga públicas y privadas para facilitar la transición hacia la movilidad eléctrica. La evolución continua de la tecnología de baterías también está aumentando la autonomía de los vehículos eléctricos y reduciendo los tiempos de carga, facilitando así su integración en la vida cotidiana.
Actualmente, en DAC Docencia disponemos del Grado de Formación Superior de Movilidad Segura y Sostenible, donde los vehículos eléctricos son unos de los principales protagonistas.