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Domina tus Emociones al Volante: Guía del Profesor de Autoescuela

3.1 Las emociones provocadas por el manejo del vehículo

No tenemos más que fijarnos en cualquier anuncio de un vehículo y el modo en el que se presenta. No se transmite únicamente la idea de un elemento que nos permite desplazarnos, sino que se vende como algo que nos genera emociones.

Para ello existen técnicas de marketing que se encargan de utilizar música, imágenes, textos o situaciones que no dejan indiferente a nadie.

Las personas que quieren comprar un coche y ven esos anuncios desean sentir esas emociones en sus propias carnes.

Sin embargo, existe una dicotomía entre la razón y la emoción. Entonces… ¿Qué nos mueve a la hora de comprar un coche: la emoción o la razón? ¿Somos seres racionales o emocionales? En el caso de considerarnos seres emocionales, ¿qué podemos hacer para controlar nuestras emociones al conducir?

3.2 La conducción racional y las emociones

La conducción racional en la mayoría de las ocasiones no existe, pues se ve empañada por nuestras emociones.

Las emociones pueden venir de situaciones personales o derivadas de las situaciones del tráfico (atascos, adelantamientos, etc.).

Lo ideal a la hora de conducir es tomar decisiones racionales, ya que son las que suponen mayor seguridad, pero debido a las emociones que experimentamos esto no siempre es posible.

Si nos mantenemos positivos será más fácil tomar decisiones y resolver problemas en todos los ámbitos de la vida, incluyendo la conducción.

3.3 Las emociones al volante: Guía del Profesor de Autoescuela

Las emociones son los estados de ánimo que responden al ambiente que nos rodea, de manera que vienen determinadas por nuestra interpretación de los estímulos.

Podemos clasificar las emociones en 7 grupos:

Primarias: emociones básicas en respuesta a un estímulo. Son la tristeza, la felicidad, la sorpresa, el asco, el miedo y la ira.
Secundarias: derivan de las normas sociales y morales y están relacionadas con las primarias.
Positivas o negativas: las positivas generan bienestar en las personas en función de su forma de pensar y actuar y las negativas provocan malestar del mismo modo.
Ambiguas: no provocan emociones positivas ni negativas, son neutras.
Estéticas: producen manifestaciones artísticas.
Sociales: emociones respecto a otra persona.
Instrumentales: buscan conseguir algo.

Por otra parte, las emociones tienen 3 tipos de funciones:

Adaptativas: permiten que podamos afrontar las situaciones.
Sociales: permiten que podamos relacionarnos con los demás.
Motivacionales: permiten determinar la dirección e intensidad con la que realizamos la actividad.

3.3.1 Las emociones y su correlato físico y el efecto de las emociones positivas y negativas en la conducción

Cada emoción tiene unos correlatos fisiológicos, de manera que cada persona las modula según sus experiencias y el medio en el que viven.

Goleman (Inteligencia Emocional. Ed. Kairos, junio 1997) establece 5 correlatos fisiológicos según las emociones:

El miedo provoca una respuesta hormonal que pone a todo el cuerpo en alerta.
La ira aumenta el flujo sanguíneo en las manos, el ritmo cardiaco y la tasa de adrenalina.
La felicidad inhibe los pensamientos negativos y permite dejar de lado las preocupaciones.
El amor favorece la calma y la satisfacción.
La sorpresa aumenta el campo visual gracias al arqueo de cejas característico que supone.

En situaciones peligrosas que se nos pueden presentar durante la conducción podemos adoptar actitudes positivas o negativas que tienen efectos positivos o negativos sobre la misma.

Ejemplos:

Actitud positiva ante situación peligrosa: conductor que se aproxima peligrosamente hacia nosotros, de modo que podemos adoptar una actitud negativa arremetiendo contra él y teniendo malos pensamientos, lo que hará que nuestro cuerpo se agarrote; o adoptar una actitud positiva y pensar que tiene prisa, que no se ha dado cuenta, etc. En este caso la actitud positiva tiene efectos positivos.
Actitud negativa: conductor que tiene respeto a conducir, de modo que lo que en un primer momento parece algo negativo, es positivo porque se adoptan más precauciones.

Los conductores que no son capaces de controlarse ante determinadas situaciones del tráfico, son susceptibles a ser multados el doble y tienen 5 veces más de posibilidades de sufrir un accidente respecto a otros conductores.

3.4 Técnicas de Control Emocional al Volante: Recomendaciones del Profesor de Autoescuela

Las técnicas para cambiar nuestras respuestas emocionales se dividen en 4 categorías:

(a) Técnicas de control emocional inmediato: Sirven para controlar nuestra respuesta en el momento en el que se produce la acción. Evitan los pensamientos negativos ante emociones negativas.

(b) Técnicas y ejercicios para descubrir y entender las causas de nuestras reacciones emocionales: Sirven para detectar ante qué situaciones reaccionamos negativamente y saber qué modificar para evitarlas.

(c) Técnicas de cambio emocional permanente y desarrollo de la personalidad: Técnicas que nos permiten madurar emocionalmente para poder realizar cambios grandes ante situaciones que nos hacen reaccionar negativamente. Ejemplos: técnicas de relajación, autohipnosis, etc.

(d) Técnicas no cognitivas: Respirar profundamente, pensar en positivo, detener el pensamiento, etc.

Controlar nuestras respuestas emocionales al volante es fundamental para garantizar nuestra seguridad y la de los demás usuarios de la vía. La práctica de estas técnicas puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad, permitiéndonos tomar decisiones más adecuadas y mejorar nuestra experiencia al conducir. Recuerda que un conductor emocionalmente estable es un conductor más seguro.

3.5 Control Emocional al Conducir: Estrategias del Profesor de Autoescuela

Técnicas Fisiológicas:

Control de la Respiración: En un lugar tranquilo, adopta una postura cómoda y respira profundamente, inhalando y exhalando lentamente.
Relajación Muscular Progresiva: Siéntate o túmbate en un entorno sereno y relaja cada parte del cuerpo, desde la cabeza hasta los pies.
Meditación Consciente o Mindfulness: En un espacio cómodo, enfoca tu atención en la respiración y en tus sensaciones presentes, aceptando cualquier pensamiento que surja.
Ejercicio Físico: La actividad física libera endorfinas que mejoran el estado de ánimo y reducen el estrés.

Técnicas Cognitivas:

Distracción: Realiza actividades que desvíen tu atención de las preocupaciones, como hobbies o tareas domésticas.
Parada del Pensamiento: Emplea palabras clave como «basta» o «stop» para interrumpir pensamientos negativos.
Ensayo Mental: Visualiza situaciones en las que todo sale bien, reforzando una actitud positiva y constructiva.

Aplicar estas técnicas de control emocional te ayudará a mantener la calma y la concentración en situaciones de tráfico, promoviendo una conducción más segura y tranquila.

3.6 La Búsqueda de Sensaciones y Conductas de Riesgo en Conductores Jóvenes: Consejos del Profesor de Autoescuela

Los conductores jóvenes, debido al desarrollo aún incompleto de la parte del cerebro que evalúa los riesgos, tienden a asumir más riesgos en la carretera, ya que no perciben el peligro de la misma manera que los adultos. Esta falta de percepción del riesgo, combinada con la búsqueda de sensaciones fuertes, puede llevarlos a adoptar actitudes peligrosas al volante.

Actitudes de Riesgo Adoptadas por Conductores Jóvenes:

Ira: Menor control de la agresividad en situaciones de tensión, lo que se traduce en una conducción más agresiva.
Presiones del Grupo: Influencia de los amigos para circular más rápido u adoptar comportamientos temerarios.
Falsa Experiencia: Creencia de ser mejores conductores que el resto, lo que resulta en actitudes arriesgadas.
Falsa Sensación de Control: Creencia errónea de «controlar» tras consumir drogas o alcohol.
Imitación de Comportamientos Inadecuados: Copia de actitudes de adultos que no respetan normas de seguridad vial.
Irresponsabilidad: Exceso de velocidad, conducción bajo los efectos del alcohol o drogas, entre otros.
Inconsciencia: Realizar actividades distractores como ver películas o series mientras conducen.
Exceso de Pasajeros: Sobrecarga del vehículo más allá de lo permitido, afectando la visibilidad y seguridad.
Conducción Post-Entretenimiento: Circular tras jugar videojuegos o simuladores, lo que puede resultar en velocidades excesivas.

Es fundamental concienciar a los jóvenes sobre los riesgos asociados con estas conductas y promover una actitud responsable al volante para garantizar la seguridad vial de todos.