El teletutor o tutor virtual
Es una figura dentro del proceso formativo online, cuyas funciones principales son guiar, estimular y colaborar con el alumnado durante su proceso de aprendizaje, así como evaluar los resultados que obtenga en relación con la materia tratada.
Los roles del tutor virtual son:
– Director y organizador: se encarga de indicar al alumnado las directrices para acceder y utilizar de forma correcta los recursos que ofrece la plataforma.
– Orientador y facilitador del aprendizaje: enseña al alumnado a “aprender a aprender”, a reflexionar y ser capaz de resolver sus dudas de forma autónoma.
– Dinamizador: fomenta la participación del alumnado a través de la propuesta de actividades colaborativas.
– Moderador: propone temas de discusión para que el alumnado interactúe entre sí, e interactúa con este realizando preguntas, respondiendo a sus cuestiones y animándole a participar.
– Informador: mantiene informado al alumnado sobre sus progresos y sobre temas diversos como requisitos de entrada, cómo y cuándo puede contactar con él, calendario de actividades, fecha de entrega de actividades, metodología para su realización, procedimientos de evaluación y tutorización, etc.
– Diseñador de materiales formativos: desarrolla todo tipo de material y recursos necesarios para el aprendizaje, planifica y estructura los contenidos adaptándolos a los objetivos del curso.
En muchas ocasiones, el tutor no participa en la elaboración de los contenidos, aunque es recomendable que participe la misma.
– Fuente de recursos: ofrece respuesta a las dudas planteadas por el alumnado, ofreciéndole como materiales de referencia, bibliografía relacionada, documentos complementarios, direcciones web, etc.
– Supervisor y Evaluador: supervisa y evalúa el progreso del alumnado, sabiendo que debe primar la evaluación continua sobre la final y la que diagnostica y orienta el progreso sobre la que sanciona. La forma de comprobar los resultados obtenidos por cada alumno, se lleva a cabo a través de la supervisión de las actividades y el trabajo realizados, el grado de satisfacción, el esfuerzo realizado, etc.
Las habilidades o capacidades que debe tener un tutor virtual
– Comunicación: el tutor debe poseer habilidades comunicativas a nivel oral y escrito, para garantizar la comprensión total por parte del alumnado.
El tutor debe dialogar con el alumnado para resolver todas las dudas o inquietudes que le surja durante el proceso formativo, ofreciéndoles confianza y siendo capaz de negociar con este en relación con las decisiones que tienen que ver con la realización de actividades (forma de realización, fecha de entrega, etc.).
A la hora de enviar mensajes escritos, estos deben estar perfectamente redactados para evitar dar lugar a confusión al alumnado y que quede claro lo que quiere decir. Para ello se recomienda evitar frases contundentes o con doble sentido y utilizar emoticonos o expresiones de aliento y refuerzo.
– Escuchar: debe realizar una escucha activa e inteligente, es decir, hacer saber a la otra persona que “se está escuchando” y que se entiende lo que dice.
– Empatía: tiene que ser capaz de ponerse en el lugar del alumnado para saber cómo se siente y de este modo ayudarle mejor.
– Aceptación/comprensión: debe aceptar y comprender las opiniones y críticas del alumnado, ser respetuoso y cercano.
– Cordialidad y amabilidad: un trato cordial y amable es la base para garantizar una relación positiva con el alumnado.
– Autenticidad y honradez: aunque es importante que el tutor anime al alumnado, no se le deben dar falsas expectativas y no comportarse como un ser superior, sino ponerse a su nivel.
– Accesibilidad: el alumnado debe poder acceder al tutor en todo momento, el cual debe responder lo antes posible a sus solicitudes sin que esto suponga una disponibilidad total (por ejemplo, contestar antes de 24 horas).
– Experto en la materia: debe dominar la materia de la acción formativa, para poder resolver las dudas del alumnado de forma correcta y eficaz, facilitándole los recursos adecuados.
– Flexibilidad: capacidad de adaptación a las necesidades y circunstancias de cada alumno y de negociar algunos aspectos de la acción formativa o las actividades. No hay que confundir flexibilidad con ceder en exceso y menos con unos alumnos más que con otros, ya que esto puede generar conflictos.
Los aspectos en los que se debe formar un tutor virtual
– Alfabetización tecnológica: se refiere al manejo de los recursos tecnológicos, software, herramientas colaborativas y tecnológicas disponibles en la plataforma para llevar a cabo la acción tutorial.
– Manejo de la plataforma a utilizar: formación específica sobre el manejo de la plataforma a utilizar para así poder sacar el mejor provecho de esta y de los recursos y servicios que ofrece. Además, es importante conocer las herramientas y sistemas de evaluación y seguimiento para obtener datos sobre la participación del alumnado.
– Participar o conocer el diseño instruccional seguido para crear el curso: es recomendable que el tutor participe en el diseño instruccional del curso, aunque esto no siempre es así. En caso de no haber participado en dicho diseño, el tutor debe conocer cómo ha sido el mismo, así como los recursos, secciones o elementos que incorpora.
– Obtención del Certificado de Adaptación Psicopedagógica o titulación similar: La obtención de dicho certificado, aportará al tutor el conocimiento de los modelos que explican el aprendizaje, las técnicas y estrategias didácticas, las posibles opciones metodológicas en las que apoyar su actuación, las técnicas para dinamizar grupos, los aspectos relativos a la evaluación del alumnado, cómo enfocar el material a un proceso de enseñanza online, etc.
– Conocer las estrategias y procedimientos utilizados en el entorno virtual: el tutor debe conocer aspectos sobre la teoría y la práctica de la enseñanza a distancia, sus funciones, objetivos, métodos, técnicas, estrategias, procedimientos de evaluación, etc. Para ello, se recomienda realizar algún proceso formativo sobre e-learning.
– Utilizar internet como fuente de información y conocimiento: el tutor debe ser capaz de realizar búsquedas efectivas en poco tiempo y conocer las mejores fuentes de información de la red. Esto sirve para resolver dudas sobre el contenido o planteadas por el alumnado.